jueves, 28 de marzo de 2013

EL PAPA FRANCISCO, EL PERONISMO Y LA ARGENTINA

Intervención del compañero Pascual Albanese en la comida de la Peña Eva Perón realizada el pasado jueves 14 de marzo Después de esta magistral exposición de Miguel Angel Iribarne, que nos ilumina acerca de la enorme significación que tiene para la Iglesia y para el mundo entero la elección del Papa Francisco, que por definición no es el Papa de nadie en particular sino el “Papa de todos”, pretendo partir del punto donde él concluyó su intervención y avanzar en la interpretación de la dimensión estrictamente política que, independientemente del aspecto central de la cuestión, que por supuesto es eminentemente religioso, tiene también para nosotros este acontecimiento histórico mayúsculo que vive la Argentina. El refrán dice “a Dios rogando y con el mazo dando”. Vamos ahora a agarrar el mazo, que es muy distinto, como me apuntan aquí al lado, de irse al mazo…. Este miércoles 13 de marzo de 2013 enterró varias supersticiones. En una fecha con dos números trece, en un día que por si faltaba algo se recuerda a Santa Cristina, fue elegido el papa Francisco. Se trata de un hecho tan, pero tan, trascendente que estamos absolutamente convencidos de que todavía no estamos en condiciones de entrever las gigantescas consecuencias que éste va a tener en el futuro de la Argentina. Un joven compañero y amigo marplatense, Lucas Fiorini, me decía en la tarde del miércoles, pocos minutos después de conocida la noticia: “ahora me doy cuenta de lo que habrán sentido los polacos cuando eligieron a Woytila”. No cabe ninguna duda que esa misma emoción profunda impactó ese día a millones y millones de argentinos. Desde la vereda opuesta, quien también se dio por enterado fue Luis D´ Elía, quien escribió en Twitter que “Francisco es a América Latina lo que Juan Pablo II fue a la Unión Soviética : el nuevo intento del Imperio para destruir la unidad latinoamericana”. Si se tiene en cuenta que la elección de cardenal Jorge Mario Bergoglio coincidió en el tiempo con la desaparición de Hugo Chávez, es más fácil entender lo que para D¨ Elía, defensor del acuerdo entre el gobierno argentino e Irán, es la “unidad latinoamericana”, que en su visión no es otra cosa que la amalgama del “chavismo”, el “eje bolivariano” y, en la Argentina , el gobierno de Cristina Kirchner Otro que, desde esa misma vereda, también se dio cuenta de lo que había sucedido fue Horacio Verbinsky, un difamador profesional que en su columna de “Página 12” multiplicó sus ataques calumniosos contra el Papa, a quien en los últimos años dedicó no menos de una veintena de artículos incendiarios y hasta buena parte de un libro, en el que lo acusa de complicidad con la dictadura militar y la violación de los derechos humanos. Curiosamente estas invectivas de D¨Elía, Verbinsky, intelectuales de “Carta Abierta” y otros epígonos del gobierno contrastan con las afirmaciones del mismo presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien llegó a hablar de la participación de Chávez en la elección del Papa, lo que para Maduro es el máximo panegírico que se puede hacer de una persona y de un acontecimiento, y del presidente ecuatoriano Rafael Correa. Ni hablar si se las compara con el tono del mensaje de Barack Obama…. Cuando se cotejan estas expresiones con el estilo frío y protocolar de la carta enviada por Cristina Fernández de Kirchner, hasta cabría preguntarse si el Papa que se acababa de elegir no era venezolano, ecuatoriano o norteamericano…. La pregunta que se nos impone es el por qué de tanta desesperación y tanta furia contra el cardenal Bergoglio. La mayoría de los análisis políticos y de las interpretaciones periodísticas coloca el origen de esta inquina en los años recientes, a partir del 2003. Sin duda que existen múltiples y comprensibles motivos para que así sea. Pero el origen de esta batalla es más hondo. Está mucho más atrás en el tiempo y se remonta a la historia argentina de la década del 70. Hoy, cuando hasta la portada de “Clarín” de esta mañana habla de “Milagro argentino: un Papa peronista”, podemos examinar ya, sin pecar de sectarismo ni exageración, ni tampoco develar ningún secreto, esta suerte de “vidas paralelas”, en el plano político, entre el peronismo y el cardenal Bergoglio, con la aclaración de que, a diferencia de lo que sucede en la geometría tradicional, en la acción política las paralelas a veces también se juntan. En el caso particular del cardenal Bergoglio y el peronismo, esas paralelas se unieron en 1973. Porque ahora se habla mucho, incluso livianamente, del “primer Papa jesuita de la historia”, pero se omite que en 1973 el padre Bergoglio fue designado Provincial de la Compañía de Jesús en la Argentina para enfrentar la penetración de una línea, identificada con una variante desviada de la Teología de la Liberación , unja variante que era tributaria del marxismo como ideología y partidaria de la violencia como método de lucha. Pero ese gran combate del padre Bergoglio dentro de la Compañía de Jesús en la Argentina era simultáneo y concomitante con la lucha que, al mismo tiempo, se desarrollaba dentro del peronismo, cuando el general Perón respondía al desafío a su conducción expresado por los “Montoneros”. Vale apuntar que Bergoglio fue designado Provincial de los jesuitas en la Argentina el 31 de julio de 1973, 18 días después de la renuncia, por no decir la caída, de Héctor Cámpora En esa lucha simultánea, de Bergoglio dentro de la Compañía de Jesús y de Perón contra los Montoneros, contra sendos enemigos que - en realidad - eran el mismo enemigo, es que se produce el acercamiento entre el hoy Papa Francisco y una enorme cantidad de cuadros del peronismo, pertenecientes a Guardia de Hierro y a otros sectores juveniles que en ese momento enfrentaban la ofensiva de “Montoneros”. Ese conflicto se desarrolló en varios frentes, entre ellos en la Universidad del Salvador, donde Bergoglio tuvo que encarar un combate para evitar su completo copamiento por parte de ese sector de la “Teología de la Liberación ” asociado a “Montoneros”. En esa batalla, hubo algunos compañeros peronistas que cumplieron un papel muy significativo, entre ellos Francisco “Cacho” Piñón, a quien Bergoglio designó rector de la Universidad , cuya administración quedó a cargo de una asociación civil, que tenía entre sus directivos, por ejemplo, a nuestro compañero y amigo Jorge Castro. En esa dura lucha contra enemigos comunes, aliados entre sí, que en el fondo constituían el mismo enemigo, se fue forjando la identificación del cardenal Bergoglio con el peronismo y con el pensamiento del general Perón. Por eso hay muchos viejos compañeros que aún recuerdan a Bergoglio como “el padre Jorge”. No fue por supuesto una lucha fácil, sino un enfrentamiento duro y peligroso, físicamente riesgoso, como todos los de aquella época. Y tampoco fue gratis para el padre Bergoglio, quien más adelante sufrió una persecución dentro de la propia Compañía de Jesús, un ostracismo que se prolongó hasta que Juan Pablo II, en una de las decisiones más drásticas tomadas en la historia de la Santa Sede en las últimas décadas, decretó la intervención de la Compañía , para realizar dentro de sus filas, pero a escala global, una tarea similar a la que cumplió Bergoglio en la década del 70- Después fue necesaria la intervención de un extraordinario hombre de la Iglesia , también amigo y compañero, que fue el cardenal Antonio Quarracino, quien se encargó de promover a Bergoglio como coadjutor en la diócesis de Buenos Aires, un lugar que constituyó el paso previo a su designación como cardenal, nombramiento que inicia la parte más reciente y conocida de su historia. Hay que entender entonces al pobre Verbinsky, quien en la década del 70, era subjefe de Inteligencia de Montoneros, donde fue introducido por el servicio de inteligencia cubano, probablemente la criatura más desarrollada que tuvo la KGB soviética, que en aquellos tiempos entre otras operaciones impulsó, a través de los servicios secretos búlgaros, el intento de asesinato de Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro. No se trata entonces, compañeros, de una pelea de diez años, que empezó con Néstor Kirchner y continuó con Cristina. Es una lucha que ya lleva cuarenta años y parece que esta semana el pobre Verbinsky se dio cuenta que la perdió para siempre… Hay que decir que, con las obvias diferencias que surgen de las distintas circunstancias históricas y del escepticismo y el estilo socarrón tan propios de la idiosincracia argentina, existe efectivamente una cierta semejanza entre el impacto de la designación de Bergoglio y la inmensa repercusión popular que tuvo en Polonia la designación de Carol Wojtila. Sabemos que, ante esa analogía, algunos se preguntan “sí, pero dónde está Solidaridad?”. En primer lugar, hay que señalar que en 1979, cuando se ungió a Juan Pablo II, Solidaridad no existía y Lech Walesa era un dirigente sindical casi desconocido. En segundo lugar, en la Argentina , el equivalente de Solidaridad existe desde el17 de octubre de 1945. El movimiento obrero argentino es la organización sindical no marxista, sino inspirada precisamente en la doctrina social de la Iglesia , más importante de la historia, más importante aún que la propia Solidaridad, gracias a la extraordinaria misión evangelizadora que, como acertadamente señaló antes nuestro compañero y amigo Víctor Lapegna, cumplió el general Perón entre los trabajadores argentinos.. Por otra parte, tampoco exageremos, compañeros…. La tarea que nos aguarda a los argentinos, por ardua que nos pueda resultar, es infinitamente más sencilla que la que tuvo que afrontar el heroico pueblo polaco, Solidaridad y Walesa en la década del 80. Para la Argentina , en términos políticos, la elección del Papa Francisco significa una ampliación del campo de lo posible. Hay cosas que hasta ahora eran imposibles y ahora han dejado de serlo. En este año 2013, con el formidable aliento espiritual que para el pueblo argentino supone la elección del Papa Francisco, crecen las posibilidades reales de avanzar hacia la reconstrucción del peronismo, con una participación activa de las organizaciones sindicales, para enterrar los sueños de perpetuación en el poder del kirchnerismo y forjar una alternativa política para el presente y el futuro de la Argentina. Esa es nuestra responsabilidad y nuestro compromiso.

Nota a Matías de Urraza en #Infovos: “La supercard es seguir tapando el sol con la mano” - Cool Radio FM 103.7 | LA 103 #LaPlata

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viernes, 1 de marzo de 2013

ARGENTINA- ISRAEL: Las relaciones en la era peronista 1946 – 1955

Por José María Di Giorno El ascenso del general Juan Domingo Perón a la Presidencia de la Nación, coincidió, entre otros acontecimientos de un mundo convulsionado y arrasado por la Segunda Guerra Mundial, con la creación del estado de Israel, luego de largos y violentos sucesos. En todo el mundo se sucedieron acalorados debates y polémicas alternativas, no escapando nuestro país a las mismas. Perón, surgido de una generación militar que había abrevado sus principios en los fuertes movimientos nacionalistas de Europa, representaba, para muchos, un estorbo para la visión y definición de las posturas que debían adoptarse, inquietud que era trasmitida por políticos y medios de comunicación, sumando a ello algunos recelos por parte de la comunidad judía en la Argentina. Por otro lado, sectores minoritarios que se habían identificado con el derrotado nazismo, veían en Perón, a través de las medias que tomara, y que detallamos más abajo, una claudicación de lo que ellos consideraban “su” nacionalismo. La comunidad judía no escaparía a la nueva dicotomía que se había instalado a partir del 17 de octubre de 1945, entre los que empezaban a engrosar las filas del naciente peronismo y aquellos que se aferraban a viejas expresiones liberales o del marxismo. Es por ello que vamos a encontrar a la sociedad, que incluía a los argentinos descendientes de israelitas, dividida en ambos polos. Mucho se ha escrito, investigado y adjetivado sobre el tema, razón por la cual, trascribimos y narramos los hechos y acontecimientos más importantes ocurridos en el período 1946-1955 en las relaciones entre Israel y la Argentina, soslayando juicios de valor, a fin de que cada lector pueda, con datos de la historia científica hacer su propia interpretación de lo sucedido. En consecuencia, y a nuestro entender, el gobierno de Perón, logró a través de estas medidas y oportunidades brindadas a la comunidad judía, lo que también definió cada uno de sus actos con todos los sectores religiosos, culturales, sociales y raciales, dándoles a todos y cada uno la alternativa de sumarse a la nueva política que se iniciaba en el país, y que sería la alternativa válida para su desarrollo y consolidación de su independencia policía y económica. La integración total, en lo que definiera como “la comunidad organizada” presentaba el camino para la unidad nacional. Las relaciones entre Israel y la Argentina durante sus dos gobiernos y que detallamos, estaba pues, en total concordancia con estos principios. . Día 29 Junio de 1947: En el Luna Park es inaugurado oficialmente la Primera Conferencia Latinoamericana del Congreso Judío Mundial, con la presencia del doctor Nachum Goldman, miembro de la Conferencia Judía y Presidente del Congreso Mundial, asistiendo representantes de las instituciones y organizaciones de la colectividad de nuestro país y de países latinoamericanos. El presidente de la Asociación Israelita Argentina expresó en su discurso inaugural: “La República Argentina no solamente ha abolido para sus habitantes las prerrogativas de sangre y otros fueros nobiliarios, sino que ha reconocido solo dos dignidades: la de la honestidad y la del trabajo, en beneficio de todo el conglomerado social”. Día 20 agosto de 1948: Perón y su esposa inauguran la sede de la Organización Israelita Argentina, cuyos integrantes simpatizaban con el movimiento peronista, sita en la avenida Corrientes 2025, en la ciudad de Buenos Aires. El presidente de la OIA, Sujer Matraj dijo entonces: “Perón no es solo el celoso gestor de nuestra soberanía política sino también el gobernante que en un mundo dominado por la intolerancias supo levantar en la Argentina la antorcha de la consideración y del respeto hacia todas las colectividades que integran la nación, alejando de esta tierra el fantasma de la persecución y de la intolerancia”. Perón en el acto manifestó: “son buenos argentinos cualquiera sea su raza o religión, si diariamente laboran por la grandeza de la Nación”. En ese año se crea “Nueva Sión”; la Cámara de Comercio Argentino-Israelí y el Instituto Judeo- Argentino de Cultura e Información, presidido por Simón Mirelman; y el rabino Amran Blue es designado asesor presidencial en temas religiosos y ocupa una cátedra en la Facultad de Filosofía y Letras. Día 14 febrero de 1949: Reconocimiento de la Argentina al Estado de Israel. Por decreto N° 3668 el Poder Ejecutivo nacional de acuerdo al artículo 1° del mismo “reconocía al Estado de Israel como Estado Soberano”. El día 17 se realiza una ceremonia pública, celebratoria del reconocimiento argentino, que tuvo lugar en la sede de la Oficialía de Enlace (de Israel), situada en la calle Larrea 744, donde se enarbolaron junto a la bandera nacional, la bandera israelí. Hoy tiene su sede la Fundación Congreso Mundial Judío. Carlos Moises Grünberg fue el primer Representante del Estado de Israel ante el gobierno argentino, designado en 1948 por la Cancillería de Israel, siendo el primero en izar la bandera de su país en Buenos Aires. Con la llegada del primer Embajador, Jacobo Tzur, fue designado Consejero honorario de esa representación.(ver día 30 de mayo de 1949). Grünberg había nacido en Buenos Aires, hijo de una familia de inmigrantes, fue hombre de letras y la cultura, allegado al grupo Florida y la revista Martín Fierro, encontrándose con su coetáneo César Tiempo, quien decía: “Si algún mérito me cabe- decía César Tiempo- es haber descubierto con Carlos a las gentes judías y su ámbito en nuestro país, y que sin dejar el ghetto tras nuestro- un ghetto metafísico, entiéndase bien-, lo llevamos con nosotros, sin desfallecimientos ni concesiones, hacia los anchos horizontes, hacia las colinas azules, hacia la vida hervorosa, que está de espaldas a los muros y a las miserias que pugnaban por aprisionarlo”. Día 30 mayo de 1949: Relaciones diplomáticas y consulares con el Estado de Israel, que quedan formalizadas a partir de esa fecha., en ceremonia que cuenta con la presencia del ministro Dr. Atilio Bramuglia y el representante de Israel en nuestro país, Carlos Moisés Grunberg. (ver día 14 de febrero de 1949), y poco después se abriría en Tel Aviv, la primera representación diplomática latinoamericana en ese país. La Argentina apoya el ingreso de Israel a la ONU Año 1950: se inaugura el Cementerio Israelita de la Tablada. Día 9 abril de 1951: Golda Meir visita la Argentina. La entonces Ministra de Obras Públicas de Israel, quien luego fuera Ministra de Relaciones Exteriores de ese país entre los años 1956 y 1996, y, quien al imponerse en las elecciones de 1969 fuera electa Primer Ministro, visita la Argentina, entrevistándose con Eva Perón, ocasión en que agradece la ayuda recibida de la Fundación Ayuda Social al naciente Estado de Israel, concretando 17 embarques con alimentos, mantas y ropa. Día 3 agosto de 1951: Perón, junto a su esposa confieren la Orden del Mérito al embajador de nuestro país ante el gobierno de Israel, Pablo Manguel, en un acto con la presencia de la colectividad israelita desarrollado en Les Ambassadeur. En el mismo se anuncia que otra imposición similar será entregada al primer presidente de Israel Jaim Weitzman, quien visita Buenos Aires. Weitzman, bioquímico, profesor de las universidades de Suiza e Inglaterra, militante de la organización sionista durante las dos guerras mundiales, resultó electo en reconocimiento a su labor de casi cinco décadas en los preparativos del establecimiento del estado judío. Año 1952: Se firmaba un Acuerdo Cultural entre Argentina e Israel, la formación del Instituto de Intercambio Cultural Argentino Israelí (IICAI), creándose el curso de estudios hebraicos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Día 7 de 1953: Primera Muestra del Libro Hebreo, organizada por el Instituto Argentino-Israelí es inaugurada en el Salón de la calle Florida 530, con la exhibición de 600 ejemplares, que incluye libros sobre los más diversos temas, desde filosofía y religión hasta literatura contemporánea. Abrieron la muestra el agregado cultural de la representación de Israel, Mordechai Avidá y el agregado de prensa. La muestra permanece abierta hasta el día 30. El día 27 de ese mismo mes El Instituto Argentino-israelí abre su propia sede en la calle Montevideo 942, fecha en que se suscribe entre ambos países un Acuerdo de Intercambio Cultural. Día 16 agosto de 1953: Se constituye la Confederación General Económica – CGE -, creada por el empresario José Ber Gelbard, quien fue su presidente. Incluía en su estructura tres Confederaciones de la producción: del agro, industria y comercio, que representaban las hoy denominadas PyMEs. En 1955 ya agrupaba a más de 1.700 entidades de primer grado, que agrupaban a 600.000 empresarios en todo el país. El 30 de diciembre de ese año, fue disuelta por el gobierno de facto. En 1951 el gobierno nacional propuso la integración de las centrales empresarias CAPIC, UIA y CEA (Confederación Económico Argentina), integrando una comisión de orden nacional. A fines de ese año se se formaron tres confederaciones: Confederación General de Industria (CGI), de Comercio (CGC) y de la Producción (CGP), que formaran finalmente la CGE. En 1962 la CGE retoma su actividad y es en 1973, cuando el general Perón ofrece a Gelbard el Ministerio de Economía, con la idea de llevar adelante el Pacto Social, herramienta fundamental para el diálogo con los sectores productivos y del trabajo, de singular importancia en la vida institucional para la economía argentina. Día 4 de enero de 1955: En Tel Aviv, el Gran Rabino de la Argentina Dr. Amram Blum se refirió a la vida religiosa de la comunidad judía residente en la Argentina y destacó particularmente la decisión del presidente Perón al establecer una Cátedra de Estudios Judíos en la Universidad de Buenos Aires. Día 26 enero de 1955: La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) informó que en la fecha se inició en Israel la plantación del Bosque Presidente Perón, en la colinas de Judea al oeste de Jerusalén, “con lo cual se convierte en realidad una hermosa iniciativa de la colectividad judía de nuestro país para rendir al primer magistrado un homenaje tan delicado y significativo, de reconocimiento por su acción antidiscriminatoria y el apoyo y comprensión hacia Israel”. El primer árbol fue plantado por el primer ministro Sr. Moche Sharett, y se leyó un mensaje del presidente israelita Sr. Isaac Ben-Zvi. Ben-Zvi fue el segundo presidente del Estado de Israel, líder del partido Laborista, que asumiera el 8 de diciembre de 1952, ejerciendo por dos períodos completos, y fue reelecto para un tercero. Día 12 abril de 1955: Presenta sus credenciales el embajador de Israel Dr. León Kubovy por haber sido elevada dicha representación al nuevo rango. La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas expresó su satisfacción y manifestó su júbilo por este acto, que “contribuirá a aproximar aún más a los pueblos”.